Mi viaje hacia el autoconocimiento
En la actualidad, abundan los recursos sobre crecimiento personal, coaching y autoconocimiento. Sin duda, todo este conocimiento es valioso y de gran ayuda para quienes buscan mejorar sus vidas. Sin embargo, a través de mis investigaciones, noté un vacío significativo en la mayoría de estos enfoques. A pesar de leer tanto literatura religiosa como secular, sentí que no encontraba una base sólida que explicara de manera integral cómo está formado el ser humano ni cómo funciona.
La mayoría de los recursos que se encontraban se enfocaban en la superación personal, pero carencian de una explicación profunda sobre el origen y la estructura del ser humano. Fue en ese punto cuando comencé a explorar un enfoque más integral que abordara tanto el origen como el propósito de nuestra existencia. Esto me llevó a considerar la teoría del creacionismo, que afirma que "Dios creó al hombre a su imagen y semejanza" (Génesis 1:27). Desde esta perspectiva, entendí que el ser humano no solo fue creado por Dios, sino también dotado de las capacidades necesarias para cumplir un propósito específico en la vida.
Este nuevo entendimiento me brindó una claridad que antes no había encontrado en otros enfoques. De repente, lo que antes parecía desconectado en mi vida comenzó a tomar forma. Comprendí mejor cómo estamos formados, tanto física como espiritualmente, y cómo funcionamos. El propósito personal se volvió más claro: nuestras capacidades y potencial están dirigidos hacia la realización de un propósito más elevado, y este enfoque me ayudó a encontrar un sentido más profundo en el crecimiento personal. Como dijo Aristóteles, "conocerse a uno mismo es el principio de toda sabiduría", y este conocimiento es la clave para comprender nuestro lugar en el mundo.
A lo largo de mi vida, siempre había sentido que había un vacío dentro de mí. Intenté llenarlo con placeres pasajeros: mujeres, pornografía, distracciones que solo calmaban temporalmente esa sensación de insatisfacción. Mis decisiones me llevaron por caminos que, en su momento, parecían tener sentido, pero al final del día, seguía sintiendo que me faltaba algo.
Entré en la universidad con la intención de aprender inglés, pero no terminé esa etapa. Poco después, decidió ingresar al curso de policía en Ecuador. Tras 9 meses de arduo entrenamiento, me gradué y ejercí como policía durante 12 años. Sin embargo, mi trabajo en esos años carecía de pasión; simplemente lo hacía por hacerlo, sin encontrar un propósito real en lo que hacía.
En los últimos años de servicio, regresó a la universidad, esta vez para estudiar Ingeniería en Seguridad Pública y Privada en la Universidad "ESPE". Para ese entonces, ya tenía una esposa y dos hijos, pero, lamentablemente, no entendía bien lo que implicaba cuidar de mi relación familiar, lo que llevó al fin de mi hogar. Esta separación fue uno de los momentos más dolorosos de mi vida.
Con la necesidad de mantener a mi familia, tomé trabajos que no disfrutaba. Trabajé como guardia de seguridad y ayudante de albañil, pero cada tarea que realizaba se sentía vacía. Sentía que estaba vivo, pero no vivía realmente. Cada día me sentía igual que el anterior, y el vacío dentro de mí solo crecía.
Fue entonces cuando encontré una iglesia que me acogió y donde comencé a leer la Biblia. Este fue un punto de inflexión en mi vida. Me ofrecieron la oportunidad de servir en la iglesia y aplicar lo que sabía sobre la seguridad física de las instalaciones. También ayudé en diferentes áreas, lo que me permitió, por primera vez, sentir que lo que había aprendido en mi vida tenía un propósito mayor.
A medida que leía la Biblia, mi mente se abría a nuevas ideas y perspectivas, aunque algunas cosas me resultaban difíciles de entender. Esto me llevó a buscar otras fuentes de literatura, y poco a poco, comencé a buscar los puntos. Comprendí que todo lo que había vivido, cada error, cada sufrimiento, tenía un propósito. Me di cuenta de que el primer paso hacia el autoconocimiento era reconocer quién era yo y por qué estaba vivo.
Hoy en día, tengo claro que el autoconocimiento no solo se trata de mejorar aspectos de nuestras vidas, sino también de entender el propósito por el cual fuimos creados. La teoría del creacionismo me dio esa base sólida que necesitaba. Este enfoque no solo me ha ayudado a comprender mejor cómo estamos formados, sino que también me ha dado las herramientas necesarias para abordar mi crecimiento personal de una manera más clara y fundamentada.
Te invito a que tomes un momento para reflexionar sobre tu propia vida. ¿Te has sentido perdido o vacío en algún momento? La búsqueda del autoconocimiento es un viaje que vale la pena emprender. Al conocernos a nosotros mismos y nuestro origen, podemos avanzar con más confianza hacia la realización de nuestro propósito en la vida. Comparte tu experiencia, tus desafíos y tus aprendizajes. Juntos, podemos crear un espacio de apoyo y crecimiento, porque cada historia cuenta y puede inspirar a otros en su propia búsqueda de propósito.

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